- Publicado: 6 julio, 2023
Seguramente te suena el concepto de amortización, lo habrás escuchado muchas veces en el ámbito empresarial, pero ¿sabes cómo funciona y cómo aplicarlo? ¿Cómo afecta a autónomos y pymes? ¿Cómo influyen las tablas de amortización establecidas por Hacienda? En este post te lo contamos todo sobre la amortización, sigue leyendo
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Amortización: definición
El concepto de amortización hace referencia a la cuenta contable que asume la pérdida de valor de los activos, independientemente de la causa, que puede ser por depreciación por el paso del tiempo o bien por el uso. Se trata de uno de los cálculos imprescindibles que debes realizar en cada ejercicio económico de tu negocio.
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Este concepto básico de la contabilidad y fiscalidad afecta tanto a negocios de autónomos, mediante el IRPF, como en las compañías, mediante el Impuesto de Sociedades.
Tipos de amortizaciones
A continuación, te mostramos las diferentes maneras de agrupar las amortizaciones. Nos encontramos con tres tipos de amortización según la manera de cuantificar la pérdida de valor, es decir, la depreciación, de los bienes:
- Económica: se conoce que la pérdida de valor se genera por obsolescencia.
- Física: se origina por el paso del tiempo, independientemente de que se le haya dado uso al bien o no.
- Funcional: se basa en la utilización, según la frecuencia de utilización, la depreciación será mayor o menor.
Por otro lado, podemos también agrupar las amortizaciones según los métodos de amortización contable.
- Lineal o constante: la depreciación de los activos de produce de manera igual y repetida año tras año, y se distribuye en función de los años útiles asignados al activo. Es el método de amortización más utilizado.
- De número de dígitos: para calcular el gasto anual se recurre a la “suma de dígitos”. Se debe sumar cada año de vida de manera correlativa. Por ejemplo, si amortizamos en 5 años, se recurre a la siguiente suma de dígitos: 1+2+3+4+5. Existen dos tipos de amortización para este método:
- Creciente: la depreciación de los bienes será menor en los primeros años e irá aumentando a medida que pasa el tiempo.
- Decreciente: ocurrirá a la inversa en este caso. La depreciación será menor al inicio e incrementará con el paso de los años.
- Por unidad producida: depende de la producción de unidades sobre la vida útil del bien. El gasto anual será diferente según la actividad que se haya generado.
De porcentaje constante sobre bases decrecientes: se calcula un porcentaje de amortización teniendo en cuenta el valor residual y también el valor inicial de compra. Este porcentaje se aplica anualmente al valor del bien.
Ejemplo básico de amortización
Para que entiendas mejor cómo se realiza el cálculo de las amortizaciones, te mostramos un ejemplo sencillo. Imagina que una empresa ha adquirido un vehículo con un valor de compra de 25.000 euros para emplearlo como recurso habitual para trabajar. Este corresponde al inmovilizado material dentro del balance de situación. Si estimamos una duración del vehículo teniendo en cuenta la frecuencia de uso, de por ejemplo, 15 años, el cálculo sería el siguiente, si el activo se depreciara de manera continua:
- Valor de un vehículo: 25.000 euros
- Vida útil del vehículo: 15 años
- Amortización: 1.666,67 euros/año
Activos amortizables
Primero, comenzaremos definiendo qué son los activos. Los activos, según el Plan General Contable, son “bienes, derechos y otros recursos controlados económicamente por la empresa, resultantes de sucesos pasados de los que se espera obtener beneficios o rendimientos económicos en el futuro”.
Existen dos tipos de activos, según su vida útil en el balance de situación de la sociedad:
- Activos corrientes: los que se harán efectivos en menos de doce meses
- Activos no corrientes: cuentan con una vida útil que sí supera los doce meses
En este caso, los activos corrientes no se amortizan ya que no alcanzan más de un año de vida útil. Por lo que únicamente se amortizarán los activos no corrientes pertenecientes al inmovilizado. Como excepción, las inversiones, que pertenecen a este colectivo, tampoco se amortizan.
Por lo tanto, tras la explicación anterior, cualquier activo no corriente que se vea deteriorado, ya sea de manera natural o mediante otras causas, o bien su valor haya disminuido por su uso, son considerados activos amortizables. Es decir, podrás amortizar cualquiera de los siguientes elementos que formen parte del:
- Inmovilizado material (grupo 21 PGC): activos con existencia física, es decir tangibles, destinados a la producción como la maquinaria, mobiliario equipos para procesos informáticos.
- Inmovilizado intangible o inmaterial (grupo 22 PGC): activos no monetarios sin entidad física a los que se les adjudica un valor, como las aplicaciones informáticas, o concesiones administrativas, entre otros.
En resumen, cualquier inmovilizado que contribuya al desarrollo de tu actividad empresarial durante más de un año y no esté destinado a venderse se podrá amortizar y, por lo tanto, deducir. A continuación te contamos qué debes tener en cuenta para deducirte las amortizaciones.
Deducción de las amortizaciones
¿Sabías que puedes deducirte las amortizaciones? Solo debes ceñirte a las tablas de amortización que establece Hacienda según el tipo de contribución escogido como autónomo o sociedad: estimación directa normal, estimación objetiva o estimación directa simplificada.
Una vez tengas clara esta norma, podrás deducirte aquellas cantidades declaradas en concepto de amortización de los elementos que se hayan visto depreciados. Los podrás deducir ya sea por su funcionamiento o bien por su obsolescencia, tal y como indica el Plan General Contable.
Tablas de amortización
Dependiendo de la forma jurídica y tu régimen de tributación deberás basarte en una tabla de amortización u otra. Es importante entender cómo funciona la amortización para poder aplicar de manera correcta las diferentes tablas de amortización.
Estimación Directa Simplificada
Uno de los regímenes del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas IRPF. Este régimen está regulado en la Ley 35/2006, de 28 de noviembre. Se aplica esta modalidad a:
- Actividades empresariales que no apliquen a la modalidad de estimación objetiva
- Actividades empresariales o profesionales con un volumen operativo mayor a 600.000 euros al año.
Estimación Objetiva o Módulos
Régimen de tributación del IRPF que se rige por la estimación del rendimiento del desarrollo empresarial del autónomo basándose en unos parámetros. Este régimen se aplica a aquellos contribuyentes que se encuentren en el listado publicado por Hacienda de manera anual. Se establecen diferentes circunstancias por las que no aplica este régimen, como por ejemplo a aquellas actividades que superen los volúmenes de rendimientos anuales de 250.000, exceptuando las agrícolas, ganaderas y forestales, o bien cuando el volumen de compras tanto de bienes como de servicios superen los 250.000 el año anterior.
Estimación Directa Normal:
Otro de los regímenes por los cuales las personas físicas tributan sus rendimientos a través de su actividad empresarial mediante el IRPF. Esta modalidad aplica a:
- Actividades empresariales con volumen de operaciones mayor de 600.000 euros anuales.
- Actividades empresariales que pueden aplicar a otras modalidades, pero hayan renunciado presentando el modelo 036.
Conclusiones
Ahora ya conoces en profundidad el concepto de amortización, cómo funciona y de qué manera te lo puedes deducir. Recuerda que desde Talenom te ayudamos con las gestiones de tu negocio para que tú, puedas centrarte en tu actividad empresarial.
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